Las cardiopatías congénitas pueden deberse a varias causas:
- Factores genéticos o físicos: Exposición a radiación X.
- Factores infecciosos: Infecciones virales y ambientales.
- Factores químicos: Exposición a diversos medicamentos o sustancias químicas.
A continuación, se presentan 7 alertas para descubrir si su hijo padece de cardiopatías congénitas:
1. Sufre de fatiga y cansancio a esfuerzos.
2. Tiene menos energía que sus amigos.
3. Se cansa fácilmente o duerme mucho.
4. Cambia de color al jugar o al hacer deportes activos (se ve pálido o alrededor de la boca y nariz se pigmenta azulado).
5. Sufre de resfriados y enfermedades respiratorias frecuentes.
6. No aumenta de peso, estatura o tiene mal apetito.
7. Se queja de dolor de pecho y/o fuertes latidos del corazón.
El 30% de niños que tienen anormalidades genéticas son portadores de cardiopatías congénitas. Estas pueden ser ligeras, sin síntomas y se detectan como un soplo cardíaco durante un examen de rutina después del nacimiento o también se puede hallar el corazón agrandado en una radiografía de tórax.
Las cardiopatías también pueden ser de grado moderado. Estas alteran el tamaño y la función cardíaca del menor. Se tratan médicamente con un cateterismo y/o cirugía en algún momento de la vida.
Las de grado severo, provocan grandes alteraciones funcionales o circulatorias como insuficiencia cardíaca, hipertensión pulmonar y/o reducción de la saturación de oxigeno. En estos casos, el tratamiento médico es insuficiente y es obligatorio el cateterismo o cirugía, independientemente de la edad y peso.
Se recomienda actuar inmediatamente cuando se sospeche de una anormalidad cardíaca. El niño debe ser valorado por un cardiólogo pediátrico quien podrá realizarle exámenes no invasivos y procedimientos más complejos, de ser necesario.