La alimentación es un tema de educación, es decir informarles a nuestros hijos que alimentos deben comer y en qué proporciones hacerlo, cuyos principios se enseñan en casa. La lonchera escolar debe ser el complemento de un buen desayuno en casa que debe incluir los tres grupos nutricionales: proteínas (lácteos) y carbohidratos.
El desayuno es el "combustible" de inicio que le damos al organismo para que funcione bien, por ende, debe ser nutritivo y balanceado, lo ideal es que el escolar desayune lácteos, pan, cereleales y frutas.
Para la media mañana, que es la hora en que los niños salen al recreo, la lonchera escolar pueda contener alimentos que aporten calorías y fibra, jugos y frutas enteras o picadas. Debemos enseñar a nuestros hijos que los recreos no son para comer en exceso, ya que esto provocará que el niño no desee almorzar en casa, privándose de las necesidades nutricionales que debe recibir a la hora de regresar a casa.
La preparación de los alimentos debe ser higiénica y se debe evitar productos que se dañen con facilidad. Se sugiere que los lácteos o jugos sean refrigerados desde la noche anterior para que mantengan la temperatura necesaria hasta la hora de ingerirlos. Es preferible que los jugos a enviar sean naturales y con la cantidad necesaria de azúcar.
El agua es indispensable, por lo que no debe faltar en la lonchera escolar. Los snacks en buena parte son ricos en sales, colorantes y preservantes, por lo que se debe evitar su consumo ya que su aporte nutricional es limitado.
Por lo tanto, un buen desayuno y una lonchera escolar nutritiva y sencilla, colaborarán a un mejor rendimiento escolar.