Este grupo de enfermedades están muy extendidas en el mundo y tienen efectos muy peligrosos para la salud integral y la calidad de vida. Se transmiten por el contacto sexual con alguna persona infectada y provocan daños y molestias que van desde irritaciones severas en los genitales hasta la infertilidad o muerte, dependiendo de la enfermedad.
Causas y síntomas
Las ETS afectan a personas de todas las razas, edades y orientación sexual, aunque algunos individuos experimentan mayores desafíos para proteger su salud. Se calcula que el contagio de la mitad de las ETS se da entre los jóvenes de 15 a 24 años.
Los adolescentes pueden pensar que son demasiado jóvenes o demasiado inexpertos sexualmente para contraer las ETS. También pueden pensar que no corren riesgos, porque creen erróneamente que estas sólo ocurren entre las personas promiscuas o que adquieren "malos" comportamientos.
Entre las ETS más conocidas están la sífilis, la gonorrea, el herpes genital, el linfogranuloma venéreo, chancro blando, condiloma y papiloma virus, uretritis inespecífica, tricomoniasis, candidiasis, el SIDA y la hepatitis B.
Entre los síntomas que pueden darnos un indicio o ayudarnos a sospechar de una ETS encontramos los siguientes:
- Secreción uretral o micción (orinar) dolorosa en los jóvenes de sexo masculino.
- Úlceras o llagas genitales en los jóvenes de ambos sexos.
- Sensibilidad anormal o dolor en la parte baja del abdomen en las jóvenes.
- Comezón o secreción vaginal inusual en las jóvenes.
- Micción dolorosa o acto sexual doloroso en las jóvenes.
Consecuencias y control de la enfermedad
Las personas que contraen ETS corren el riesgo de problemas de salud graves a largo plazo, entre ellos:
- Infertilidad permanente.
- Dolor crónico o persistente.
- Cáncer del cuello uterino.
- Asimismo, las ETS son un factor de riesgo ya que aumenta la posibilidad de contraer y transmitir el VIH.
Las ETS se pueden transmitir de la madre al bebé durante el embarazo y el nacimiento. Los bebés de madres con ETS pueden:
- Tener bajo peso al nacer.
- Nacer prematuramente.
- Correr un mayor riesgo de contraer otra enfermedad, infección y ceguera.
Debido a que muchas ETS no presentan síntomas, quienes tengan vida sexual activa deben hacerse las pruebas para saber si están infectados.
- Prueba médica anual de detección de clamidia para todas las mujeres sexualmente activas menores de 26 años, así como las mujeres mayores con factores de riesgo tales como parejas sexuales nuevas o diferentes.
- Prueba médica anual de detección de gonorrea para mujeres sexualmente activas en riesgo.
- Prueba médica de detección de sífilis, VIH, clamidia y hepatitis B para todas las mujeres embarazadas y examen de detección de gonorrea para todas las embarazadas en situación de riesgo durante la primera consulta prenatal, para proteger la salud de las madres y sus bebés.
- Prueba médica anual de detección de sífilis, clamidia, gonorrea y VIH para todos los homosexuales y bisexuales sexualmente activos, y otros hombres que tienen sexo con hombres.
- Prueba médica de detección del VIH para personas entre 13 y 64 años con alto riesgo una vez al año.
Recomendaciones
Las enfermedades de transmisión sexual se pueden y deben prevenir, ya que su contagio depende de las conductas responsables que cada persona desarrolle con relación al ejercicio de su sexualidad.
Entre las medidas para prevenirlas están:
- La abstinencia de las relaciones sexuales durante la adolescencia, porque la forma en que se realizan muchas veces no permite el tomar las medidas preventivas adecuadas y oportunas.
- La información veraz y oportuna y el uso de la misma, ya que la información por sí sola no sirve, si no se aplica en favor de la salud.
- El uso de un condón nuevo en cada relación sexual.
- El evitar las relaciones sexuales con varias personas.
- El evitar las relaciones sexuales casuales, con personas desconocidas, generalmente después de una fiesta o viaje.
- El no consumir bebidas alcohólicas ni drogas que impiden tomar decisiones responsables y seguras.
- No compartir agujas o jeringas con ninguna persona.
- El acudir al médico en caso de sospecha de alguna enfermedad.
- Avisar a la pareja o parejas, en caso de padecer alguna enfermedad de transmisión sexual.
- Suspender totalmente las relaciones sexuales en caso de padecer alguna enfermedad, hasta que el médico determine que se pueden reanudar.
- Evitar los embarazos en caso de sospecha de alguna enfermedad sexual.
En ocasiones estos temas son difíciles de conversar, sin embargo como padres tenemos la responsabilidad de educarnos de manera adecuada y efectiva para poder dialogar con nuestros hijos acerca de una sexualidad responsable. Afortunadamente, estas enfermedades se pueden prevenir, y muchas se pueden curar.