En los últimos años hemos presenciado un incremento en la prevalencia de estas enfermedades que podrías estar determinado por cambios en el estilo de vida del ser humano.
A diferencia de lo que se suele pensar, la alergia no es un problema de defensas bajas, sino todo lo contrario. El niño alérgico, por un error de su sistema inmune, forma anticuerpos en exceso (llamados también Inmunoglobulinas) contra sustancias que predominan en su ambiente y que en realidad no son peligrosas. De modo tal, que un infante con alergia a proteínas de leche ha formado Inmunoglobulina E (IgE) contra la leche. Entonces, cuando el pequeño toma leche, su organismo se defiende de la leche, liberando sustancias químicas que provoca síntomas de alergia. Los síntomas se dan en diferentes órganos, provocando diferentes enfermedades alérgicas como asma, rinitis alérgica o dermatitis atópica.
En el caso de la alergia a alimentos, es más frecuente en las etapas iniciales de la vida, siendo las más comunes la alergia a la leche y a la clara de huevo. Los síntomas pueden ser muy variados, desde ronchas, diarrea, vómitos hasta síntomas severos que ponen en peligro la vida.
Los niños presentan característicamente la evolución de una enfermedad alérgica y luego esta se presenta en otros órganos. Esto se conoce como marcha alérgica o marcha atópica. Lo común es que la marcha atópica se inicie con dermatitis, luego siga a rinitis y finalmente a asma.
La dermatitis atópica puede iniciar antes del año de edad y presenta ronchas finas con enrojecimiento y picazón, sobre todo en flexuras de antebrazos, detrás de las rodillas, cuello, tórax y cara, que empeoran con el calor.
La rinitis alérgica típicamente es con estornudos, moco transparente, picazón de nariz (a veces también ojos) y obstrucción nasal. El asma se presenta como tos, silbidos del pecho, falta de aire y respiración rápida. La tos se incrementa con el ejercicio, el llanto y suele ser más nocturna.
Causas de alergia
Ya hemos visto que el origen de la alergia es la producción de IgE contra sustancias que no son dañinas y que se llaman alergenos. Los alergenos pueden ser respirables, o alimentos o medicamentos.
La dermatitis atópica más severa y de inicio temprano puede relacionarse con alimentos como leche de vaca y clara de huevo, si bien la de aparición más tardía ocurre por sensibilización a los mismos alergenos que desencadenan la rinitis alérgica y el asma.
Alergenos Respiratorios
Son la causa de asma, rinitis y también dermatitis atópica. Los alergenos están en relación con la zona geográfica donde vive el niño y con aquello con lo que está en contacto estrecho.
En nuestro medio, los ácaros del polvo doméstico son la causa fundamental de la alergia respiratoria. Los ácaros son habitantes naturales del hogar, particularmente colchones y almohadas, pues se alimentan de las escamas de piel del ser humano. Estos pequeños arácnidos prefieren ambientes húmedos, cálidos y obscuros. De modo tal que lo primero a modificar para evitar el contacto con ácaros es el dormitorio del niño que debe ser claro, soleado y ventilado. Siempre recomiendo a los padres realicen con los pequeños actividades al aire libre, pues los ácaros prefieren los espacios cerrados.
Diagnóstico de la alergia
El diagnóstico de la alergia debe efectuarse en todos los niños en los que se sospeche asma, rinitis, dermatitis atópica o reacción adversa a alimentos.
Se debe demostrar la presencia de anticuerpos o IgE específicos contra las sustancias que actúan como alergenos. Esto lo hace un alergólogo pediatra, usualmente a través de las pruebas cutáneas de alergia. Es un examen de gran utilidad que en 15 minutos establece un diagnóstico confiable. Los exámenes utilizados para determinar supuestas intolerancias midiendo anticuerpos IgG no tienen ninguna utilidad.
Tratando a la alergia
El tratamiento de alergia se basa en evitar el contacto con los alergenos que la desencadenan los síntomas. En el caso de alergia a alimentos o medicamentos simplemente se evita consumirlos.
El problema es mayor cuando se trata de alergenos respiratorios, pues, en el caso de los ácaros, aunque puede disminuirse la exposición a éstos, no se pueden evitar totalmente. Otros alergenos respiratorios menores en nuestro medio son los alergenos de cucaracha y hongos. Los pólenes son muy escasos.
Un caso particular son las mascotas (gato y perro) pues es mucho menos probable ser alérgico a éstos que a ácaros.
Siempre hay que tener en cuenta que al ser las alergias causadas por la producción de anticuerpos IgE específicos, sólo se debe evitar aquello a lo que se es sensible. No hay necesidad de evitar lácteos, chocolates, frutillas o cítricos sino en los que son sensibles a éstos.
El tratamiento farmacológico se basa en disminuir en el niño los síntomas causados por la inflamación en los diferentes órganos (piel, nariz, pulmones). Se utilizan medicamentos como antihistamínicos, antileucotrienos, corticoides nasales o inhalados. Los fármacos no modifican la evolución de la enfermedad, sólo limitan los síntomas.
Las vacunas de alergia son el único tratamiento específico de la alergia. Debe ser administrado por un alergólogo pediatra y puede, además de disminuir el uso de medicamentos, evitar que un paciente con rinitis alérgica desarrolle asma.