El virus de la hepatitis A está presente aproximadamente de 15 a 45 días antes de que el niño presente los síntomas y durante la primera semana de la enfermedad.
Una vez que el niño contrajo la Hepatitis A y se recuperó de la enfermedad, a través del reposo, más una dieta equilibrada y sana y sobre todo protectores hepáticos, queda inmune y por eso no puede volver a adquirir la hepatitis A.
Solo una vez se padece la hepatitis, sin embargo se debe cuidar de los otros tipos de hepatitis como la B y la C, la cual se transmiten de madre a hijo. El niño no se da cuenta de que padece hepatitis B o C hasta que es adulto y se le detecta cirrosis.
Adicionalmente si el niño consume alimentos afuera de su casa (en lugares no seguros) puede contraer enfermedades como: tifoidea, gastroenteritis, salmonelosis, entre otros.
Es primordial que el niño beba abundante agua, que se alimente sanamente, que se lave las manos constantemente y en especial vacunarse contra la hepatitis a los 2 años para que tengan los anticuerpos necesarios para evitar el contagio.