Tome en cuenta las siguientes recomendaciones:
Infantes
Los bebes que han nacido antes de las 36 semanas de embarazo (prematuros) o lo que han estado en encubadora deberían acudir al oftalmólogo al mes de nacidos debido que pueden presentar problemas oculares asociados a su inmadurez o exposición al oxígeno, como es la retinopatía de la prematuridad (conocida como ROP) que de no ser tratada a tiempo puede causar ceguera permanente.
Otro signo importante que puede detectarse en los recién nacidos es la presencia de pupilas blancas lo cual se asocia básicamente a dos condiciones: La catarata congénita que es la opacidad (falta de transparencia) del lente natural del ojo y el encargado de enfocar las imágenes, y que si no es reemplazado a tiempo no se produce el desarrollo adecuado de la visión y genera el conocido ojo vago. La otra condición asociada a pupilas blancas es el retinoblastoma, tumor maligno de la retina que de no ser tratado a tiempo produce la muerte del niño.
Los bebes con bajo peso y aquellos con alteración de la forma, tamaño o color de los ojos deben acudir en sus primeros meses de nacidos.
Hasta los 5 años
Es importante llevar a su hijo a un chequeo antes de los 5 años y así poder tratar algún problema que no pueda ser percibido a simple vista como son los llamados errores refractivos (miopía, hipermetropía y astigmatismo) y ambliopía (ojo vago o perezoso) u otras más fáciles de percibir como ptosis (caída del párpado superior) y estrabismo (ojos cruzados).
Si en su familia han existido personas con problemas de visión o su hijo parece tener alguna de las condiciones anteriores, es importante actuar de inmediato y así asegurar una mejoría considerable, ya que con el paso de los años podría ser demasiado tarde.
Todos los problemas mencionados anteriormente pueden causar la ambliopía, condición que deber ser tratada entre los 2 y 4 años para lograr la recuperación visual del ojo afectado.
Es importante verificar que los juguetes que utiliza su hijo sean seguros, sin bordes afilados o partes puntiagudas que puedan lastimar el ojo, además es necesario inculcar en sus hijos el uso de anteojos especiales (tipo escudos protectores) para practicar deportes, realizar actividades en el en el hogar, etc.
Los problemas visuales son más comunes de lo creemos y estos pueden iniciar desde una temprana edad y al no ser tratados pueden causar una pérdida de la visión y retrasar el desarrollo de su hijo, además de afectar su rendimiento escolar.
Durante la adolescencia
En esta etapa de la vida los problemas más frecuentes son por la falta de lentes o aparición de errores refractivos (miopía, hipermetropía y astigmatismo) que deben ser corregidos para mejorar la visión, pero ya sin el riesgo de generar ojo vago. En esta etapa se recomiendan exámenes anuales para detección temprana (a tiempo) de estas condiciones.
Es importante que en caso de darse un accidente generalmente por deportes en que se detecten lesiones en los ojos se acuda inmediatamente al oftalmólogo.