Alessia nació con 3kg de peso el 14 de marzo y dos días después fue intervenida en el Hospital de niños Roberto Gilbert de la Junta de Beneficencia. Nació con Atresia esofágica, malformación que no fue diagnosticada durante el embarazo sino al momento de nacer, por lo que llegó derivada al Roberto Gilbert, centro de especialidades pediátricas del país que está a la vanguardia en el procedimiento para corregir esta malformación mediante la toracoscopia, técnica mínimamente invasiva que permite reparar la lesión por el interior de la cavidad torácica en los recién nacidos.
La atresia esofágica es la no continuidad del tracto digestivo superior, anomalía congénita que constituye una de las patologías más frecuentes en neonatos. Registra una incidencia de 1 de cada 2500 a 4500 nacidos vivos. El Dr. Daniel Acosta, jede de cirugía del Hospital de niños Roberto Gilbert de la JBG, señala que el procedimiento consiste en comunicar la porción superior del esófago con la parte distal del estómago. Esta malformación se produce en el proceso formativo y nacen con condiciones muy pocos favorables para la vida, por lo que la cirugía debe ser inmediata.
El galeno señala que existen diferentes tipos, la más común es cuando la parte distal del esófago se comunica con la tráquea, ósea una atresia de esófago con fistula traqueo esofágica que son los casos en los que se ha utilizado la toracoscopia para darle una continuidad apta para que el niño pueda deglutir. Este procedimiento de alta complejidad, antes se realizaba con una cirugía abierta de tórax lo que implica mayor riesgo para el neonato. Con la toracoscopia, la complejidad es la misma y al ser mínimamente invasiva se requiere de mucha habilidad y precisión del cirujano para corregir la malformación a través de tres pequeños orificios. Estos pacientes deben seguir en control periódico por unos 8 a 10 años, enfatiza el Acosta.
Después de dos meses del procedimiento que duró 3 horas y la mantuvo 24 días hospitalizada, Ligsix, su mamá disfruta de su pequeña en casa. “Alessia es un milagro gracias a Dios y a los médicos del hospital Roberto Gilbert que me la salvaron. Tiene dos meses de nacida y es una niña muy despierta, ya puede succionar el pecho y su biberón, ha subido de peso y está creciendo. Me siento agradecida y feliz de tenerla conmigo” comentó emocionada la joven madre.
